Mocedades de Rodrigo

Para reparar su culpa, el rey Fernando le obliga a contraer matrimonio con ella.

Ante esta situación, Rodrigo incita al rey Fernando a conquistar Francia y ambos, finalmente, triunfarán sobre una coalición formada por el conde de Saboya, el rey de Francia, el Emperador y el Papa.

Asociar la figura ya muy legendaria del Cid a la historia de esta demarcación religiosa perseguía atraer feligreses y recursos para el obispado.

Por otra parte, Juan Victorio, postula un autor natural de Zamora (si bien podría estar relacionado profesionalmente con la diócesis de Palencia) y también culto, como muestran sus conocimientos diplomáticos y heráldicos.

Su tesis está apoyada por la presencia en las Mocedades de algún leonesismo lingüístico («mayoralgo», v.

Para ello aduce que en las Mocedades los enemigos del joven Rodrigo son los mismos que, en este conflicto contemporáneo al autor, tenía el rey Pedro: el reino de Aragón, el monarca francés y el Papa.

Así pues, el autor no solo se sirve de este texto para propagar intereses eclesiásticos, sino también políticos.

Por fin, un clérigo o autor culto habría refundido todo este material alrededor de 1360 en la versión que conocemos hoy.

Es esta una fecha en la que, por ejemplo, un don Juan Manuel, tenía plena conciencia del arte literario, y en la que la transmisión de contenidos noticiosos había sido destinada ya a la prosa de las crónicas, fundamentalmente.

Más allá del mencionado tópico tradicional de la promesa aplazada, encontramos otros motivos.

En el texto que nos ocupa lo vemos como un muchacho arrogante, soberbio y orgulloso; en ocasiones incluso irrespetuoso con su rey Fernando.

Pero Rodrigo desconfía:[22]​ Y más adelante (vv. 422-429) se negará, ante la presencia del rey, a reconocerse como su vasallo y a besar su mano, diciendo «porque vos la bessó mi padre soy yo mal amanzellado» (v.

Vemos entonces cómo se adelanta Rodrigo, sin dejar responder primero a su rey, a quien por protocolo correspondía:[24]​ En esta caracterización influye probablemente la voluntad ya novelesca (y no tanto épica) de atraer al público con la sorpresa, la desmesura y el vuelo de la imaginación, propia del desarrollo de la ficción en el siglo XIV.

[25]​ Tradicionalmente se ha venido considerando las Mocedades como un texto escasamente relevante en cuanto a sus valores estrictamente literarios.

Con solo situar los versos en dos renglones, uno por hemistiquio, y teniendo en cuenta la fragmentación y lagunas que las Mocedades contiene, se explica bien el carácter del romancero, con rima asonante en los octosílabos pares, comienzos in medias res y finales interruptos, además de un elevado componente de ficción novelesca en la recreación de episodios históricos.

Rodrigo Díaz venga las ofensas a su padre matando al de Jimena. Miniatura de la Crónica de 1344 , Academia de las Ciencias de Lisboa. [ 5 ]