Miguel Salvá

En 1820 fue nombrado secretario de la Diputación Provincial hasta 1823 que emigró al extranjero por sus ideas políticas.

Tras morir Fernando VII, se había traslado la biblioteca real privada al ángulo que ocupa hoy desde justo el opuesto dentro del Palacio Real de Madrid, en la llamada "ala de san Gil".

En ella estaban las cámaras reales desde que se trasladó la familia real al llamado Palacio Nuevo a mediados de los años sesenta del siglo XVIII, desde el Palacio del Buen Retiro, cuando acabaron las obras.

A estos fuertes ingresos supo hacer frente Juan Crisóstomo Ramírez Alamanzón, sucediéndole José Ángel Álvarez Navarro, hasta 1834, coincidiendo con el fallecimiento del monarca.

Pero la reina viuda, doña María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, decidió ocupar la totalidad del ala para sus aposentos privados, por lo fue trasladada la Real Biblioteca[2]​ al ángulo opuesto actual.

El propio Salvá reconoció que la primera circunstancia no era lo normal.

En 1870 pidió a Alberta Giménez, que acababa de enviudar, que se hiciera cargo, como directora, del Real Colegio de La Pureza, fundado el 1809 en Palma de Mallorca por el obispo Bernardo Nadal Crespí, que en aquellos momentos se encontraba en decadencia.

Miguel Salvá, grabado de Marcelo París por dibujo de Daniel Perea aparecido en La Ilustración Española y Americana , año XVII, n.º XLV, 1 de diciembre de 1873.