Este se sitúa inicialmente en el Casal Weyler (calle de la Paz).
[2] Durante el mandato del siguiente obispo don Pedro González Vallejo y de las rectoras María Arbona Mir y, su hija, María Ferrer Arbona, se dinamizó el Colegio de La Pureza llegando a su máximo esplendor.
En el 1851, el obispo Rafael Manso precisó los estatutos del Real Colegio de La Pureza.
Posteriormente, varios gobiernos menguaron las dotaciones del fundador hasta llegar a suprimirlas, provocando grandes problemas económicos provocando que no se pudiera comprar nuevo material didáctico y muebles para mantener el colegio.
Además, las nuevas maestras ya no vivían según los objetivos del Instituto y la disciplina se relajó.
[5] El 1 de mayo del mismo año fue nombrada Rectora y el 28 de septiembre, el obispo Miguel Salvá Munar aprobó las bases redactadas por Alberta y D. Tomás Rullán para el Colegio.
[7] A continuación, las religiosas empezaron a fundar colegios fuera de Mallorca, ya que, junto al Real Colegio de La Pureza, ya habían fundado otros dos en Manacor e Inca.