Mijaíl Bajtín
Allí fue donde estudió filosofía y letras (interesándose por la filosofía alemana) y empezó a recibir sus primeras influencias por parte de los trabajos del clasicista Faddéi Frántsevich Zelinski, quien dio inicio a los conceptos elaborados más tarde por Bajtín.Así fue como se creó el llamado Círculo de Bajtín, cuyas charlas eran principalmente sobre la filosofía alemana.En 1920, Bajtín se trasladó a Vítebsk y un año después contrajo matrimonio con Elena Aleksándrovna Okolóvich.Tres años más tarde a Bajtín se le diagnosticó una enfermedad ósea llamada osteomielitis.Allí conoció a las principales figuras del formalismo ruso y publicó Freudismo (1927), El método formal en los estudios literarios (1928) y Marxismo y filosofía del lenguaje (1929) (aunque este último apareció bajo el nombre de su discípulo Valentín Volóshinov la autora Tatiana Bubnova señala que se trata de un texto apócrifo de Bajtin[1].)Durante ese tiempo escribió muchos ensayos importantes incluyendo “El discurso en la novela”.Allí completó su trabajo en su libro sobre la novela germana del siglo XVIII, que fue aceptado por la editorial Sovetski Pisátel.Sin embargo, el único manuscrito de la obra desapareció durante la conmoción causada por la invasión alemana.Aunque sus obras tuvieron gran prestigio en la URSS de los años 1960, su pensamiento solo se conoció en Occidente tras su muerte en 1975.No obstante, su importancia deberá ser matizada, tras haberse descubierto -a partir del examen directo de sus notas- que sigue, y muy directamente, a filósofos y sociólogos germanos, singularmente a Ernst Cassirer.La interpretación de los textos clásicos no se puede, pues, hacer desde la abstracción temporal, social y cultural del momento en el que el autor empleó los recursos del diálogo con sus lectores, esto es, precisa conocer lo que describe como su cronotopo, una doble vertiente espacio-temporal.De esta forma, su visión sobre la "naturaleza" del lenguaje con contraria a la planteada por Ferdinand de Saussure desde la escuela estructuralista, ya que para éstos el discurso -enunciado- pertenecía al habla, no a lo verdaderamente estudiable que es el sistema.Los primarios son los menos elaborados, los más informales, sin una preparación previa, por ejemplo un diálogo casero entre un padre y un hijo o entre amigos.Los secundarios, por el contrario, son los textos literarios, los que requieren una elaboración previa y poseen una estructura determinada, por ejemplo las novelas, las obras de teatro o los poemas.Este último se refiere a todo aquello que creamos, conocemos y contemplamos.A partir de la visión estética no se puede tener conocimiento del ser en su realización, sino que sólo se puede tener una contemplación estética del ser extrapuesto (fuera de sí).No podemos saber cuáles fueron sus causas temporales y su desenvolvimiento psicológico, pues nada tiene que ver con el acto estético.