Miguel Abraham Rojas

[2]​ Siendo estudiante, se enroló en el servicio militar para ayudar a contrarrestar la invasión chilena durante la Guerra del Pacífico, prestando atención en el Hospital de San Bartolomé a los heridos en las batallas de San Juan y Miraflores.

[1]​ En 1886 se recibió como médico con su tesis El microbio patógeno;[2]​ y al año siguiente comenzó a ejercer en un campo de chinos culíes en la localidad de Chicama, en el norte peruano.

En agosto de ese mismo año, escribió un soneto, “A el Marañón”, dedicado al trágicamente fallecido poeta chachapoyano Fabriciano Hernández, que es una de sus obras más recordadas.

[1]​ En 1924 se mudó de manera definitiva a la capital peruana, donde pasaría sus últimos 25 años.

Se encuentra enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro de dicha ciudad.