Se dedicó a la investigación y escribió diversos libros de Matemáticas e Historia.
En 1859, el gobierno peruano de Ramón Castilla, decidió fundar la Escuela Normal Central de Lima y mandó una comisión a Europa para contratar profesores.
El joven ingeniero Granda se contó entre los elegidos, siendo designado para ejercer la enseñanza de las matemáticas.
En ese mismo año contrajo matrimonio con la dama ancashina Teresa de San Bartolomé y Terry, con la que tuvo cinco hijos.
Pero hizo aún más: ayudó económicamente y dictó él mismo las clases.
Fue debido a esa acción noble y desprendida que la Escuela de Ingenieros no desapareció.