En este mismo edificio se encontraban la imprenta y la librería.Cabe pensar que mantuvo a su servicio el que había tenido su marido, y que fueron pocas personas, como se puede deducir del hecho de que en 1816 el carmelita descalzo Bartolomé de Santa Teresa repartió la impresión de sus obras Euscal-errijetaco olgueeta ta dantzeen y Jaungoicoaren amar aguindubeetaco entre los talleres de Joaquín Domingo, al que correspondió la primera parte, y de Micaela Sengáriz.Probablemente consideraría que una sola imprenta no podría entregar los dos tomos en un plazo razonable.Es posible que Francisco Erasun y Rada aprendiera el oficio en el taller familiar y se hiciera cargo de su dirección, aunque su tía figurara en los pies de imprenta como titular del mismo.Destaca el fuerte incremento observable en el cuatrienio 1820-1823 –ocupado en parte por el Trienio Liberal– en el que está datada casi la mitad de sus impresos.[4] Quedarían sin contabilizar encargos de menor entidad que se han perdido y que ocuparían la mayor parte de la actividad cotidiana.[9] En ninguna de las tres localidades mencionadas había una imprenta, aunque podían encontrarse más próximas que Pamplona en Bilbao, San Sebastián y Zaragoza respectivamente.Conviene tener presente que la imprenta tenía al Hospital como cliente desde los tiempos del suegro de Micaela, Martín José de Rada.
Folleto de contenido político (1820) puesto a la venta en las librerías pamplonesas de Micaela Sengáriz y de Enrique Asenjo