Pero el dominio austracista duró solo tres meses, porque en cuanto la flota aliada abandonó las islas Baleares, se presentó una flota francesa en Mahón y recuperó Menorca para los borbónicos el 1 de enero de 1707.
Como el interés británico por Menorca era estrictamente militar —tener una base naval en pleno Mediterráneo Occidental en el que Mahón constituía un excelente puerto natural, de ahí que pasara a ser la nueva capital de la isla frente a la aristocrática Ciudadela—, la Corona británica mantuvo las instituciones y leyes propias de Menorca, excepto la Inquisición española que fue abolida.
Así los municipios continuaron siendo universitats gobernadas por los históricos jurats que representaban a los diferentes estamentos.
En Ciudadela eran cuatro: un cavaller (noble), un ciutadá (burgués), un pagès (campesino) y un menestral (artesano).
Esto redundó en el florecimiento de la literatura en catalán en la isla con figuras como Joan Ramis i Ramis (1746-1841) o Antoni Febrer i Cardona (1761-1841) hasta tal punto que algunos estudiosos han llamado al último tercio del siglo XVIII el "periodo menorquín de la literatura catalana".
También se desarrolló una marina mercante que comerció con trigo comprado en Levante, África del Norte y el Mar Negro, que luego vendía en los puertos del Mediterráneo Occidental, junto con muebles de fabricación menorquina influidos por los estilos ingleses.
Claire Erskine fue sustituido por el general Henry Edward Fox, quien al ser nombrado comandante de las fuerzas británicas en el Mediterráneo trasladó su cuartel general a la isla de Malta.
Entonces Napoleón le propuso poner fin a la guerra a Gran Bretaña, que se había quedado sola en la lucha contra la Francia revolucionaria y que, como ésta, estaba agotada después de diez años de guerra.
[13] En la tarea de la castellanización destacó el obispo Juano, que llegó a la isla en 1803 con la misión de re cristianizar a los menorquines que estarían presuntamente «contaminados» por el contacto con los «herejes» ingleses.
Los británicos fundaron la ciudad de Georgetown —hoy Villacarlos, (en catalán 'Es Castell', 'El Castillo')— a la entrada del puerto natural de Mahón y en la que se conservan edificios construidos según el estilo georgiano del siglo XVIII inglés.
[4] Asimismo es muy frecuente encontrar en las casas menorquinas, especialmente en Mahón, las típicas ventanas de guillotina inglesas o las tribunas llamadas boínders' ('bow window').
tornescrú y escrú ('screw': destornillador); grevi ('gravy': salsa); ull blec (de 'black': ojo morado); fitim ('fighting': lucha, pelea); miledi ('milady': señora de piel pálida, generalmente inglesa); ox (interjección para guiar a las vacas); fingles ('fingers': dedos); quatre mens i un boi ('men', 'boy': hay pocas personas, sólo cuatro gatos); no val quatre penis ('penny' [penique]: no vale un real); También se puede encontrar la huella británica en las costumbres y en la gastronomía.
El consumo de ginebra está muy extendido —sobre todo en Mahón—, existiendo un gin local, que en muchas ocasiones se toma mezclado con limonada, dando lugar a la llamada pomada.
Por esta recuperación territorial se celebra cada año en España el 6 de enero la Pascua Militar.