Las hostilidades entre Francia y Gran Bretaña habían comenzado en 1754 en América durante la guerra Franco-india y, en ese momento, la situación para Gran Bretaña no era halagüeña.
La dilación de los franceses para trasladar tropas a Menorca dejó a los británicos tiempo para actuar, aunque con retraso, y se desplegó una flota de diez navíos venidos de Gibraltar para defender Menorca, bajo la dirección del vicealmirante John Byng, que fue ascendido a almirante para la ocasión.
Luego les ordenó que girasen rodeando a los barcos franceses.
Sin embargo la mala señalización de las órdenes causó confusión y retraso en el cerco a la flota francesa.
A pesar del afán del por aquel entonces primer ministro británico William Pitt por recuperar la isla, no se envió durante el resto de la guerra ninguna expedición para tal fin.