Mario Florián Díaz

Representante de la poesía nativista, ha dejado una extensa obra considerada, por muchos críticos, como la expresión poética más auténtica del hombre andino.Destacó desde muy temprano como poeta y en 1940 ganó los juegos florales universitarios, correspondiente a temas libres, con sus poemas Tono de fauna.Por esos años estuvo vinculado con el grupo literario de orientación aprista y dedicado a realizar poesía de corte social: «Los Poetas del Pueblo», grupo que congregó a Alberto Hidalgo, Luis Carnero Checa, Guillermo Carnero Hoke, Gustavo Valcárcel, Antenor Samaniego, Felipe Arias Larreta, Abraham Arias Larreta, Alberto Valencia, Manuel Scorza, Eduardo Jibaja, Mario Puga, Ricardo Tello, entre otros.En 1945 viajó a Puno, Cuzco y Arequipa, recorrido por el sur andino que le sirvió para ampliar su bagaje poético.Pasó a ser profesor y bibliotecario en la Gran Unidad Escolar Bartolomé Herrera de Magdalena del Mar (1953-1961).En su poesía postula los valores colectivos por encima de los individuales: la solidaridad, la reciprocidad, la camaradería, la amistad, el amor.Sus primeras creaciones poéticas fueron escritas al modo del harawi incaico, versos breves y compendiosos que eran cantados por los haravicus.«Florián canta la belleza del Ande, retomando el indigenismo de los años [19]24-30, el de los Peralta y los Chávez Aliaga, en un verso limpio, sencillo, de clara raigambre romántica, cuya suavidad encubre una imperceptible amargura… Practica Florián el romance, usa el metro corto, tradicionalmente metro quechua; y a menudo prefiere el asonante y las metáforas directas, huyendo del barroquismo, aunque, a menudo, con un marcado dejo conceptista... Florián es uno de los pocos poetas del Perú que mantiene fresca y pronta la inspiración, siempre adherida a su realidad provinciana.» (Luis Alberto Sánchez, 1975).
La última morada del vate cajamarquino