[2][3] Nacido en Francia, Brunel huyó a los Estados Unidos durante la Revolución francesa.
Su padre era un próspero agricultor en Hacqueville, Normandía, y Marc nació en la granja familiar.
En consecuencia, Marc recibió inicialmente una educación clásica, pero no mostró ningún interés por el griego o el latín y, en cambio, demostró ser competente en dibujo y matemáticas.
Durante su estancia en Rouen, Brunel conoció a Sophia Kingdom, una joven inglesa huérfana que trabajaba como institutriz.
Diseñó varios inmuebles, muelles, edificios comerciales, un arsenal y una fábrica de cañones.
[6] Mientras Brunel había estado en los Estados Unidos, Sophia Kingdom había permanecido en Rouen y durante la época revolucionaria conocida como el Terror, fue arrestada como espía inglesa, y día tras día se estuvo esperando la orden de ejecución, pero finalmente se salvó gracias a la caída de Robespierre en junio de 1794.
[8] Cuando Brunel llegó de Estados Unidos, viajó inmediatamente a Londres y se puso en contacto con Kingdom.
Durante el verano de 1799, Brunel conoció a Henry Maudslay, un talentoso ingeniero que había trabajado para Joseph Bramah y que recientemente había iniciado su propio negocio.
[10] Se instalaron en total 45 máquinas en Portsmouth y en 1808 la planta producía 130 000 bloques al año.
También desarrolló maquinaria para fabricar en masa botas para el ejército, pero antes de que pudiera alcanzar la producción total, la demanda cesó debido al final de las Guerras Napoleónicas.
[13] En 1805 se formó la Thames Archway Company, con la intención de construir un túnel bajo el Támesis entre Rotherhithe y Limehouse.
[14] Brunel ya había elaborado planes para un túnel bajo el río Nevá en Rusia, pero este proyecto nunca llegó a realizarse.
Este pozo vertical se completó en noviembre de 1825, y luego se montó en la parte inferior el escudo del túnel, que había sido fabricado en Lambeth por la empresa de Henry Maudslay, quien también suministró las bombas de vapor necesarias para llevar a cabo el proyecto.
[14] A principios del siglo XIX, Marc Brunel se inspiró en la anatomía y el comportamiento del teredo navalis (un gusano marino xilófago también conocido como broma) para mejorar la tecnología de los túneles.
Basándose en sus observaciones sobre la forma en que las valvas del gusano le permiten a la vez excavar una galería en la madera y protegerse de ser aplastado por los movimientos del material, Brunel diseñó un ingenioso marco modular de acero, que permitiría a los trabajadores excavar con éxito un túnel bajo el lecho del río Támesis, muy inestable.
Con su invento, consiguió construir el primer túnel de gran longitud bajo un río navegable.
Se había planeado que la galería pasase a no más de 14 pies (4,3 m) por debajo del lecho del río en su punto más bajo, lo que acabaría causando graves problemas.
En mayo de 1827 fue necesario tapar un enorme agujero que apareció en el cauce del Támesis.
Brunel renunció a su cargo, frustrado por la continua oposición del presidente de la compañía.
Se reanudó la construcción del túnel, pero todavía hubo casos de inundaciones en las que las bombas a duras penas pudieron achicar el agua infiltrada en la galería.
Aunque inicialmente estaba destinado al tráfico de caballos, el túnel siguió siendo solo para peatones.
Nunca volvió a aceptar grandes encargos, aunque sí colaboró con su hijo Isambard en varios proyectos.
En 1845, sufrió otro derrame cerebral más severo y quedó casi totalmente paralizado del lado derecho.
Su esposa, Sophia, fue posteriormente enterrada en la misma sepultura, seguida por su hijo Isambard tan solo 10 años después.