María de Zayas

Sus novelas cortas tuvieron gran éxito y se siguieron reimprimiendo hasta que en el siglo XVIII la Inquisición decidió prohibirlas.Tuvo amistad con la también escritora Ana Caro de Mallén, con quien se especula pudo residir en Madrid.Es posible que residiera en Zaragoza, pues allí publicó la primera parte de sus Novelas ejemplares y amorosas (1637); diez años después, en Madrid, se publicó Parte segunda del sarao y entretenimiento honesto (desengaños amorosos).[6]​ A partir de 1647 no hay datos sobre ella, ni nuevas publicaciones, solo reimpresiones.[7]​ En 2019 se publicó un estudio firmado por Rosa Navarro Durán[8]​ donde afirma que la autora es solo un heterónimo de Alonso Castillo Solórzano.Frente a otros novelistas contemporáneos, no pretende exhibir su ingenio cortesano complicando el estilo con expansiones y ornamentos culteranos, ni se hace pasar por moralista sermoneando a la manera de Mateo Alemán: le interesan más la amenidad narrativa y la descripción psicológica de los personajes y de los ambientes en que se mueven.Se aproxima a veces a la narrativa picaresca con una crudeza que no desmerece del Buscón de Quevedo; tampoco queda atrás cuando cultiva el género de la novela bizantina cervantesca en La fuerza del amor o El prevenido engañado.Es también notable cuán poco contemplan su decoro personal o familiar cuando siguen sus impulsos, que es casi siempre: sus personajes son absolutamente pasionales.Azorín se la imaginaba en una buhardilla madrileña, mirando los tejados lluviosos y los gatos vagabundos.Siguiendo la costumbre, el poeta debía crear un mundo fantástico que facilitara las pullas contra socios e invitados.Emilia Pardo Bazán Durante largo tiempo oscurecida por la crítica, Emilia Pardo Bazán reivindicó su obra definiéndola como la picaresca de la alta sociedad del Siglo de Oro y resaltó algunos pasajes en que apercibió su feminismo:Era muy aficionada a la lectura, como dice en el prólogo "Al que leyere" de Novelas amorosas y ejemplares:[21]​ Sin embargo, autores como Salvador Montesa advierten contradicciones en el feminismo de María de Zayas, pues defiende la igualdad entre los sexos, pero no a las mujeres y hombres oprimidos por la clase social a la que pertenecen.Melloni hace otra crítica al feminismo de Zayas por considerar que divide a las mujeres en dos estereotipos: buena y mala.Así sus mujeres son valientes, capaces e inteligentes[10]​ Anna Caballé en su obra sobre "El feminismo en España.Compara su obra con las pioneras del feminismo universal y considera que "la diferencia radical entre estas autoras y Zayas estriba en la falta de cohesión, en la inmadurez que todavía presentan las ideas de la escritora madrileña".La historia principal se ambientaba en el siglo XIX o principios del XX: unas personas que descansaban en un balneario se reunían cada tarde en un jardín y disfrutaban de una sesión de cuentos, estos sí, ambientados en otras épocas.