También empezó su carrera periodística en ese mismo año de 1851 redactando el Fray Chirimiqui Andana, suprimido gubernativamente.
[5] En 1865 anduvo envuelto en una de las conspiraciones liberales y antimonárquicas del general Juan Prim.
[7] En el amplio interludio entre ambas misiones diplomáticas empezó a desengañarse con la revolución y se casó con una joven dama, Asunción Fontán (1870), el año en que publicó uno de sus libros más leídos: Cien sonetos políticos, filosóficos, biográficos, amorosos, tristes y alegres, en el cual se destila ya bien claro el licor de la amargura.
Publicó un poema de épica culta, La Creación (1872), y un Almanaque Cómico (1873), año este en que nació en Paniza su hijo también escritor, Eduardo Luis del Palacio.
Lo nombraron académico de la Lengua Española en 1892; leyó el discurso De cómo la poesía en nuestra patria se halla identificada con el idioma vulgar, en línea con la estética del antirromanticismo campoamoriano, y en 1894 se jubiló.
Recogió sus artículos políticos en De Tetuán a Valencia, haciendo noche en Miraflores (1865).
Otras obras suyas son Melodías íntimas (1884) y Chispas (1894), que incluye sátiras publicadas antes en El Imparcial.