Pariente por línea paterna de José de Larrea y Loredo, magistrado peruano y primer presidente del congreso constituyente del Perú.
Doña Rosa quedó huérfana a muy temprana edad y fue criada por sus tíos, los Marqueses de Miraflores, quienes la consideraban como hija suya.
En octubre de ese año, mientras se encontraba solo en la biblioteca de su casa, fue asaltado, pero al ladrón se le cayó el antifaz, reconociendo Larrea en él a un amigo.
Tanto así que fue apresado el 27 de junio de 1816, junto con Manuel Mathéu, Guillermo Valdivieso, los doctores Javier Salazar y Bernardo León y don José Barba.
En enero de 1818, salieron desterrados a España Juan Pío Montúfar, Manuel Mathéu, Guillermo Valdivieso y el cura Francisco Rodríguez y Soto.
En 1819, hizo un convenio con su tío Francisco Jijón Chiriboga, respecto a las aguas de San José, liquidando una vieja pendencia.
Al mes siguiente, ya triunfantes las nuevas ideas, el Gobierno le comisionó para dirigir los trabajos del camino a Esmeraldas.
Tuvo gran amistad con el Libertador, quien al dirigir una proclama a los quiteños, se expresó así de Larrea: "Recibid a nombre de la Patria la gratitud que se os merece por vuestro inflamado celo por la consagración de la sacrosanta Ley que ha fundado a Colombia... Vuestros próceres han dado un ejemplo inimitable, vuestros antiguos nobles fueron los primeros en entrar en las filas.
El más rico ciudadano de Colombia, anciano y enfermo, ha tomado un fusil, ha recibido la disciplina como un simple soldado: como el antiguo Marqués de San José, todos habéis llenado este sagrado deber".
En el censo de Santa Bárbara en 1833, se nota que vivía con tres hijas adoptadas y con trece esclavos negros, a diez de los cuales había otorgado la libertad.
Su esposa testó el 24 de octubre de 1845, ante Castrillón, y declaró que sus joyas estaban avaluadas en 8.000 pesos, poseía 6 casas en Quito y 12 propiedades rurales: Tilipulo, Saquisilí, La Calera, Maca, Mulaló, Pomasqui, Mulinliví, San Juan, Santa Rosa de Chillo, Pasochoa, Rumipamba y una quinta en Pomasqui.
Heredó la hacienda de Cotogchoa en Chillo, la cual arrendó en 1873 a José Vega; en 1899, hizo sociedad agrícola con José Justiniano Estupiñán; en 1900, cedió aguas a don Víctor Gangotena para sus haciendas de Satna Ana y San Nicolás de Chillo y, en 1903, la arrendó al mismo Estupiñán.
Heredó Cunchibamba Chiquito en Izamba, que en 1850 arrendó a Manuel Anda Égüez, en 1858 vendió una parte a Pablo Albornoz y aun poseía el resto en 1867.
Cuando niña, sufrió una caída y quien le salvó fue Manuel Navarro Balladares, natural de Amaguaña, por lo que su padre en gratitud hizo representar la escena en un cuadro.