Al principio, los portugueses estaban interesados principalmente en oportunidades comerciales lucrativas (incluida la trata de esclavos) y, a fines del siglo XVI, los portugueses habían establecido puestos comerciales en África, India, Brasil, Medio Oriente y el sur de Asia.
Al igual que otros imperios coloniales europeos, Portugal logró esta expansión principalmente a través de la violencia física y económica contra los pueblos nativos.
En la práctica, los negros casi nunca alcanzaron tal estatus, y durante el Estado Novo incluso los portugueses blancos nacidos en África se les negaron los mismos derechos legales y protecciones que los blancos nacidos en el Portugal metropolitano.
[5] Era más probable que pensaran en el colonialismo portugués como una extensión histórica lógica o continuación de la Reconquista.
[3] Según Salazar, en términos geopolíticos, la pérdida de estos territorios disminuiría la autosuficiencia del Estado portugués.
Este "ibero-tropicalismo" considera que el Iberismo no se debe entender como algo puramente europeo, si no como una identidad ibero-afro-americana en la que se integraron culturas de 3 grandes civilizaciones en una sola comunidad social transcontinental, evidenciándose en el intercambio cultural presente en comidas (alubias, cacao o patata), genes (Mestizaje), ropas, músicas (Reguetón), Terminologías, etc en un patrimonio común (ademas de corrientes migratorias mutuas).