Isella realizó una larga carrera artística entre Argentina, Italia, Francia y Chile, destacando por su trabajo en la representación del cuerpo femenino.
Su padre, el italiano Carlos Isella, es contratado para la industria minera en Chile, trasladándose con su familia a Copiapó.
Al año siguiente, se desempeñó como colaboradora de crónicas literarias en la misma revista.
[3] Dado que en esa época no estaba permitida la recepción de premios por parte de mujeres, Isella debió ser representada por un familiar masculino cuando recibió una mención honrosa (situación similar a la vivida por Celia Castro y las hermanas Aurora y Magdalena Mira).
Las obras de Isella fueron difundidas a través de algunas pequeñas notas en la revista Zig-Zag, asociándola a los logros y premios que recibió, al igual que en la revista Selecta.