Fue la Comisión Municipal de Bellas Artes la que eligió esta obra para ornamentar la Plaza Rodríguez Peña, en un sector cercano a la Avenida Callao.Esta arteria, a principios del siglo XIX, era un bulevar de gran importancia en la ciudad.Se trató de la segunda fuente modelada por manos femeninas que la ciudad incorporaba como ornamentación.Debido a la penosa situación económica del país, como consecuencia de la mencionada guerra, llevaron al Intendente Anchorena a severas medidas administrativas, por lo que las conchas marinas y las algas que Isella diseñara, como decoraciones, en el primitivo boceto de 1910 fueron quitadas y también fue rebajado el pilón, elementos que habían sido colocados para otorgarle un hálito de art nouveau.[1] Con el transcurrir del tiempo la obra El sediento sufrió vandalismos y además su fuente dejó de funcionar hasta que en el 2001 fue restaurada por la empresa Aguas Argentinas.