[3] En 1931 desembarcó en una expedición que atracó en Gibara, provincia de Oriente, con otros 36 disidentes que llegaron a tomar la ciudad pero fueron detenidos por el ejército, encarcelados en La Cabaña y amnistiados después, gracias a la presión social ejercida.
[10][11] Incluso ya mayor, se ofrecía como árbitro en los desafíos en calidad de experto, según relata el diario Juventud Rebelde.
[3] En su casa de la calle Cristo en La Habana, se reunió el grupo de actores y dramaturgos que conformaron la escena criolla del momento, según apuntan los investigadores Antonio González Curquejo, Dolores Martí y Rosa Ileana Boudet.
[19][12][20] Tanto en su redacción como en su oratoria, se caracterizó por un estilo rebuscado y un enfoque de corte nacionalista.
[22] Andrés Eloy le dedicó el soneto: «Este Lucilo de la Peña un día» escrito en 1925 y publicado posteriormente en su libro Poda.