Los siete pecados capitales (película de 1952)

Los siete pecados capitales (en Hispanoamérica)[1]​ o El Diablo siempre pierde (en España)[2]​ (en francés: Les Sept Péchés capitaux, en italiano: I sette peccati capitali) es una película de coproducción entre Francia e Italia de 1952 que se articula en seis episodios dirigidos por diferentes directores italianos y franceses.

Mientras tanto Germini ha encontrado la cartera y, como es un hombre honesto, va a casa de Álvaro para devolvérsela, confiando en poder recibir en recompensa una reducción del alquiler.

Pero la mujer, soberbia al igual que siempre, se va con altanería, aunque la espera su habitual vida de adversidades.

El señor Antonio, cuyo coche se ha averiado en campo abierto, encuentra cobijo para la noche junto a una pareja de agricultores.

Durante la fiesta patronal de una ciudad francesa, la treceañera Chantal confiesa al sacerdote que espera un niño.

Orfeo, un afamado pintor, vive con su mujer Camille en un ático, donde desarrolla su actividad y recibe amigos artistas como él.

La buena relación entre el animal y Orfeo suscita una creciente irritación en Camille, que se siente excluida de su mundo artístico.

Un día en el que la gata roba comida en la cocina, esta molestia se transforma en hostilidad, y la mujer empuja al animal balcón abajo.

Pide, así pues, a la Pereza que intervenga, para esparcir un poco de calma entre el género humano.

En los créditos iniciales en italiano, estos vienen todos citados de modo cumulativo y no en referencia a sus aportaciones indivisuales, mientras que tales indicaciones sí están presentes en la versión francesa.

Diez años después se rodó con el mismo título otra película por episodios, esta vez todos dirigidos por franceses.

Por un lado encontramos el comentario favorable del periódico La Stampa[6]​ que lo define «un trabajo un poco largo- sin embargo, breve si se trata de 6 películas - pero interesante y a menudo agradable»; mientras el Corriere della Sera[7]​ sostiene que «no todos los episodios, ni aquellos realistas, ni aquellos de mayor humanismo, son coherentes y atrayentes».

Michèle Morgan , actriz del episodio La superbia
Una escena del episodio La gula
Viviane Romance en el episodio La lujuria
Orfeo Tambores, Andrée Debar y la gata Saha en el episodio La envidia
Noël-Noël en el episodio La pigrizia