Además de su inmensa fama en el mundo francófono, también sigue siendo un nombre conocido en muchas otras partes del mundo, incluidos los países de habla alemana, España, Italia, Portugal, el antiguo bloque del Este, Albania, Grecia, la antigua Yugoslavia, Irán, Israel, Mauricio y Turquía.
Ambos establecieron una relación no bien vista por sus respectivas familias, por lo que decidieron emigrar a Francia.
Su vida artística no comenzó bien, debiendo recurrir para subsistir a pequeños trabajos tales como tocar el piano en bares de baja categoría.
En aquellos años, desarrolló la mirada sollozante y los gestos fastidiosos del Pato Donald según propia confesión.
A principios de los años 50, Sacha Guitry le concedió pequeños papeles, particularmente, en los filmes La poison, Je l'ai été trois fois, Si Paris nous était conté, y La Vie d'un honnête homme, con lo que así tuvo la oportunidad de refinar su personaje sin utilizar muecas ni disfraces.
les belles bacchantes, respectivamente, comenzaron a contribuir al advenimiento de su fama como actor.
Al año siguiente, participó en la adaptación cinematográfica de Les belles bacchantes, su primera película en color.
También en el año 1964, inició otra saga también exitosa: Fantômas, teniendo la misma dos secuelas más.
En 1971, siempre con Gérard Oury (su director fetiche), realizó en España La Folie des grandeurs (Delirios de grandeza).
Su compañero iba a ser Bourvil, pero el actor falleció antes del rodaje, siendo sustituido por Yves Montand.
Su carrera en el cine fue obstaculizada ya que las aseguradoras planteaban no tener intención de cubrir nuevos rodajes.
Continuó así con los siguientes trabajos, aunque a un ritmo menos sostenido que en sus inicios.
Sus principales bases para hacer humor fueron: Su expresión de cólera es característica: gruñidos, ruidos con la boca, bofetadas repetitivas a los otros personajes, grandes gesticulaciones, etc.
[8] Es posible reducir esta filmografía en dos tercios limitándose a las películas que han superado el millón de entradas en la taquilla y en las que Louis de Funès desempeña el papel principal, así como las pocas películas donde fue coprotagonista.
[12] Sus ideas políticas se acercan a las del gaullismo[11], hombre de derechas,[13] afirma ser muy aficionado a Charles de Gaulle, así como a Georges Pompidou, y haber apreciado en su juventud la Confederación General del Trabajo y las reformas del Frente Popular cuando se otorgó el primer permiso remunerado según la ley francesa (vacaciones pagadas)[11].
Varias fuentes de extrema derecha le adjudicaron ideas monárquicas y católicas tradicionalistas, pero, aunque admiraba al rey Luis XVI y asistió en ocasiones a la misa anual en memoria de Luis XVI que conmemoraba su ejecución, no era monárquico[11].
[14] Más tarde tuvo una visión amarga de los acontecimientos: Me sorprendió el Mayo del 68.