Así parece sugerirlo también este texto del escribano Alonso Ramírez transcrito por J.A.
Martín de Marco: En la primera confirmación no hay mención expresa de "los Doce" que no aparecerían como tales hasta mediados del siglo XIV, en la segunda confirmación del privilegio concedida por Pedro I.
Adoptaron sus nombres según diversas causas: la principal, tomando el apellido principal del linaje (Barrionuevo, Morales, Calatañazor); tomando el nombre de la parroquia en dónde se reunía (Santisteban, San Llorente, Santa Cruz); tomando el nombre de la persona principal del linaje (Martín Salvador y Don Vela); o tomando el nombre del cargo municipal que ostentaban (Chancilleres).
Cuando los Reyes Católicos transformaron esta concesión en una cantidad en metálico (350 000 maravedíes), esta renta pasaría a constituir la base del patrimonio económico institucional y la Diputación de los Linajes, asumiría su administración.
El Estado llano o general, compuesto del común de vecinos; primero en tiempo y último en dignidad.
No se podía tener concejo sin concurrir á lo menos diez.
El Estado noble o caballeros hijosdalgo, formados por las familias correspondientes a los Doce Linajes; segundo en dignidad y tiempo.
Los Doce Linajes de Soria son una estructura diferente al resto.
Hasta que edificaron su casa palacio a principios del siglo XVII en la Plaza Mayor, las juntas generales tenían lugar a campana tañida en la desaparecida iglesia de San Miguel de Montenegro.
El Caballero del Pendón era a la vez Alférez Mayor de Soria y su provincia.
En los linajes que toman por nombre el apellido principal, la familia troncal monopolizaba los cargos, y tenían gran dominio sobre el resto de familias del linaje.
Con el paso del tiempo, los Doce Linajes de Soria fueron perdiendo poder político municipal, en favor de otras instituciones que ofrecían a otras clases sociales el deseado ascenso social.
A él corresponden los apellidos Barnuevo, Acebes, Arista-Obando, Castellanos, Fonseca, García, Jiménez, Laserna, Lope, Medrano, Mendoza, Ortega, Lezcano, Serna, Sotomayor y Trillo, Vélez, Vera..
Comprende los apellidos Álvarez de Calatañazor, Araes, Arcos, Contreras, Espinosa, Montenegro, Rivera.
A este linaje pertenecen los apellidos Granados de las casas y Montoya, simplificado absurdo a Granados en la migración española durante la conquista y provincia de la corona en el siglo XVI, XVII.
Tras su abandono trasladaron las juntas a la iglesia de Nuestra Señora del Poyo situada tras el palacio de los Betetas desapareciendo esta última completamente en el siglo XIX.
Pertenecen a este linaje los apellidos Ávilas, Beltrán, Berguilla/Verguilla, Caravantes, Cervantes, Chaves, Espinosa, Gironés, Hera, Lara, Mendoza, Ontiveros, Rivera, Vela/Velas, Velázquez, Verguillán, Vélez, Vera, y Zapata.
La denominación de Someros y Hondoneros proviene del punto que ocupaban respectivamente en la ciudad.
Aguirre, Albornoz, Arévalo, Camargo, Céspedes, Estancia, Estasio, Guelgas, Moral, Naharros/Navarro, Salamanca, Salcedo, Setién, Serna, Sevilla, Vera, Vergara, Zapata, y Zurita.
En la historia del Cid se dice que vino con este ilustre personaje desde Valencia, trayendo en su compañía a su allegado Antolín Sánchez de Soria "que entre fijos y parientes llevaba 40 lanzas".
A él corresponden los apellidos Barnuevo, Bravo de Lagunas, Cal, Cerda, Garanga, Garnica, Gayango, Laguna, Malo, Matamala, Medrano, Río, Ríos, Salcedo, Sarabia, Solier/Soler, Soria, Torres, Salvador y Vera.
Sus reuniones tenían lugar en la iglesia de San Lorenzo, hoy destruida, que en lo antiguo se llamó San Llorente, y de la cual tomó nombre este linaje.
A él corresponden los apellidos Llorente, Álvarez de Chavaler, Amaya, Ayala, Barnuevo, Barroso, Basurto, Beltrán, Brezero, Calderón, Contreras, Dos Ramas, Gamboa, Hinojosa, Mariaca, Marrón, Montes, Muñoz, Neyla, Oquina, Papión/Pipaón, Peñaranda, Perea, Rodríguez de Villanueva, Roma, Villanueva, Zaldierna, y Zárate.
Corresponden a este Linaje los apellidos Santa Cruz, Miranda, Pacheco, Vallejo, Espinosa y Rebolledo.
Esta tradición que desapareció en el siglo XVII fue recuperada a principios del XVIII y tras ser trasladada a la Colegiata de San Pedro, desapareció en el siglo XIX con la disolución de la institución.
[11] Para ingresar el pretendiente debe presentar un expediente que pruebe documentalmente la nobleza e hidalguía de sangre a fuero de España del primer apellido (linaje agnaticio) y justificar fehacientemente el entronque con familia que haya sido recibida en alguno de los Doce Linajes.
En el Reino de España, evidentemente se encuentran en Soria, Madrid, Valencia, Asturias, Canarias y Andalucía Occidental.
En América, los descendientes se encuentran repartidos en Argentina (entre ellos Luis García Morales, el español más longevo que habita en dicho país), Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Perú, República Dominicana, Venezuela, del cual es Canciller el Ilmo.
Sr. D. Fernando Joaquín Molina Alcalde, VI conde de Quinta Alegre.