En su juventud, enrolado en el ejército, sirvió en Filipinas y en Nueva España (México).Dos días después asumía el cargo, reemplazando al interino Fernando Talaverano Gallegos, que volvió a sus funciones ordinarias de oidor en la Real Audiencia.La primera gran conclusión que sacó fue que el ejército español de la frontera (1.415 hombres) era totalmente insuficiente para enfrentar la guerra de Arauco.Alarmado, cuando no había pasado un mes de su llegada, se animó a escribir al rey Felipe III pidiendo un refuerzo de mil soldados.El invierno fue tan fuerte que Santiago se inundó cinco veces.
Íñigo de Ayala
, acusado de haber participado en el supuesto envenenamiento.