Literatura de invasión

Este cuento se hizo muy popular e inició un género que trata sobre invasiones hipotéticas por poderes extranjeros.La Batalla de Dorking (1871) por George Tomkyns Chesney apareció en Blackwood Magazine, una respetada revista victoriana leída por los políticos británicos.El narrador y 1,000 ciudadanos se ven obligados a defender la pequeña ciudad de Dorking, sin suministros o noticias exteriores.El autor, como muchos ingleses, está alarmado por el poder que Prusia ha demostrado derrotando a Francia, el ejército más grande de Europa, en solo dos meses.P. G. Wodehouse parodió el género en The Swoop!, en el que Inglaterra es simultáneamente invadida por nueve ejércitos diferentes, incluyendo Suiza y Alemania.Las élites inglesas no hacen nada al estar más interesadas en un torneo de críquet, y el país es finalmente salvado por un chico scout.La novela reflejó las ambiciones imperialistas de Japón y profetizó la Guerra ruso-japonesa que estalló unos cuantos años más tarde, en 1904.Cuándo la guerra real con Rusia comenzó, Oshikawa la cubrió como periodista mientras continuaba publicando volúmenes que describen las proezas imperiales japonesas en el Pacífico y océano Índico.Robert A. Heinlein publicó Sexta Columna (1941) contando la invasión y conquista de los Estados Unidos por la muy tecnológicamente adelantada liga PanAsiática.En 1971, cuando la guerra de Vietnam conmocionaba a América aparecen dos libros, ambos describiendo unos Estados Unidos bajo ocupación soviética.Esta tendencia estuvo acentuada por Le Queux, quién animó as sus lectores a la búsqueda de espías.Se dice que Vernon Kell, el jefe de la agencia, estaba obsesionado con los espías saboteadores imaginados por Le Queux.
La Batalla de Dorking (1871) provocó la fiebre de la literatura de invasión. Portada de la edición de 1914.
Horrores de una Invasión francesa, según una historieta de James Gillray