El fin establecido para la Liga en ese entonces, era el de estudiar los problemas prioritarios que enfrentaba la comunidad en el estado y proponer soluciones y programas de acción para resolverlos.
[1] El término usado para dar nombre a esta asociación fue tomado de las organizaciones europeas, frecuentemente anarquistas, de finales del siglo XIX y que en Yucatán, a principios del siglo XX, cobraron actualidad con la creación de las Ligas de Resistencia impulsadas por el Partido Socialista del Sureste con fines electorales y eminentemente de acción política.
En este sentido hay que recordar que la sociedad yucateca se encontraba en ese momento (la primera década del siglo XX) en una circunstancia de profunda desigualdad, social, educativa y económica, en la que, como lo había expuesto el periodista estadounidense John Kenneth Turner en su libro México Bárbaro, convivían en lacerante confrontación la opulencia de unos cuantos (la después denominada Casta divina) y la miseria económica y moral de muchos, que vivían en un régimen de peonaje y esclavitud, en torno a la industria henequenera.
[2] Otros personajes de la historia de Yucatán que participaron en la fundación de la Liga y signaron su acta fundacional fueron Carlos R. Menéndez, Álvaro Torre Díaz, José Inés Novelo, Delio Moreno Cantón, Nicolás Cámara Vales, entre otros.
Fue editado el libro de Ralph L. Roys, Guía para el Códice Pérez.