Liga Católica (1609)

Además, la aparición y rápida expansión del calvinismo añadía una nueva confesión al conflicto.

La regulación más importante de la Liga fue que los conflictos tendrían que ser resueltos de acuerdo a las leyes del Imperio o, si éstas no lo lograban, lo haría la propia Liga.

No obstante, las diferencias entre sus miembros y Austria pusieron en riesgo la propia existencia de la Liga.

Estaría compuesta de dos grupos: el distrito del Rin, bajo la presidencia de Maguncia, y una segunda al sudeste, presidida por Baviera; la tesorería y el mando militar se considerarían por separado.

Como comandante en jefe se nombró a Johann Tserclaes, conde de Tilly.

Bajo el mando del general Tilly, el ejército de la Liga Católica (que incluía al filósofo René Descartes en sus filas) pacificó la Austria Alta, mientras que las fuerzas del emperador pacificaban la Austria meridional.

El Palatinado renano fue entregado a nobles católicos, mientras que el título de Elector Palatino se le dio a su primo lejano, el duque Maximiliano I. Federico V, aunque ya sin territorios, se convirtió en un exiliado prominente en el extranjero, granjeándose simpatías y apoyo a su causa en las Provincias Unidas, Dinamarca y Suecia.

En ese momento, Gustavo II Adolfo de Suecia, como previamente había hecho Cristián IV, acudió en ayuda de los luteranos alemanes para prevenir una posible agresión católica a su país y para obtener influencia económica en los Estados alemanes situados alrededor del mar Báltico.

Previamente, Fernando II había destituido a Albrecht von Wallenstein en 1630, por lo que únicamente dependía de la Liga Católica.

En la batalla de Breitenfeld, Gustavo II Adolfo derrotó a esta y un año después, al encontrarse de nuevo durante la invasión sueca del Palatinado, el general Tilly resultó muerto en el río Lech (1632).

Maximiliano I, Duque elector de Baviera.
Johann Tserclaes, Conde de Tilly, comandante de la Liga Católica.
Victoria de Gustavo Adolfo de Suecia en la batalla de Breitenfeld .