Las tropas imperiales, al contrario, estaban integradas en una sola fila, aunque también con la caballería en las alas.
Su ataque fue inicialmente exitoso, derrotó a los sajones, los cuales huyeron del campo de batalla.
Intencionadamente, Gustavo II Adolfo había ordenado mantener un amplio pasillo (K) entre Horn y los sajones.
La potente artillería de Tilly empezó a disparar con gran intensidad en dirección al enemigo.
A su vez, el ejército enemigo, al marchar por la tierra seca y recién labrada, levantaba mucho polvo.
Tilly, al comprobar que Greifenwald había salido al ataque, se vio obligado a hacer lo mismo, adentrándose con sus tropas y las de Fürstenberg en la llanura, pero sin saber exactamente dónde se hallaban las fuerzas enemigas.
Los encontraron efectivamente en (Q), se enfrentaron y los obligaron a retirarse hacia (R).
Tilly, tras derrotar a los sajones, volvió sobre sus pasos, pero al llegar al pasillo (K) se vio sometido a un efectivo bombardeo que realizaban sobre él los suecos desde las colinas (B) con los cañones que habían capturado.