La contribución de Binford en la arqueología abarca desde la teoría hasta la metodología, además, trabajó en varias subáreas de esta disciplina, como en la etnoarqueología.
Era partidario de las ideas del procesualismo, defendiendo que el registro arqueológico no puede ser comprendido si no se comprende cómo se formó dicho registro.
De este modo el yacimiento arqueológico es concebido como un registro contemporáneo, pero que contiene elementos que son fruto de las acciones humanas del pasado.
Binford fue también muy conocido por su dogmatismo, su incapacidad para aceptar las críticas (llegando a abandonar incluso algunos foros de discusión por esta causa) y por su agrio enfrentamiento con François Bordes en la interpretación de las diferentes facies del Musteriense.
Otro debate con Braidwood por el origen de Neolítico y con su propio discípulo Flannery por cuestiones personales.