Estos sonidos son los representados por las letras: č, š, ž, z. Č: más profundo que la CH española Š: como la CH francesa (SH inglesa pero más profunda) Ž: como la J francesa Z: como la S sonora o Z portuguesas, catalanas o francesas Se utilizan los símbolos de las cinco vocales convencionales (a, e, i, o, u), pero en realidad representan un total de trece sonidos vocálicos.
Como el serbocroata, el acento cae casi siempre en la penúltima o antepenúltima sílaba, usando el prosódico en los pocos casos en que haya ambigüedad.
Ejemplos: smrt (muerte), prvi (primero), Trst (Trieste), zaprt (cerrado), Hrvaška (Croacia), Srbija (Serbia), etc.
Ejemplos: bel (blanco), žival (animal), stol (silla), prav (correcto), cerkev (iglesia), etc.
Ejemplos: volk (lobo), dolg (largo, deuda), solza (lágrima), etc. Es muy parecido a la " ł " polaca.
El sistema atonémico no realiza distinciones de tono entre vocales, sean largas o cortas.
El actual idioma esloveno, como lenguaje literario y norma estandarizada, fue creado a partir de una evolución amalgamativa en la que intervinieron diversos dialectos dispares entre sí.
En el transcurso de los siglos IX y X, la lengua común protoeslava comenzó a disgregarse en dialectos cada vez más diferenciados.
En la segunda parte del siglo XIX, continuaron los esfuerzos por normalizar y homogeneizar la lengua literaria común.
Por otro lado se inició un proceso de "arcaización" tomando como modelo al antiguo eslavo eclesiástico, que reintrodujo categorías gramaticales perdidas o debilitadas hacía tiempo.
Ambas tendencias se normalizaron a principios del siglo XX, ya que se procuró limitar los préstamos de otros idiomas y reducir las características arcaicas a las que efectivamente hubieran estado presentes en formas más antiguas de los dialectos.
En el esloveno existen seis casos gramaticales: nominativo, genitivo, dativo, acusativo, instrumental y locativo.
El vocabulario tiene un sustrato básico eslavo, con una ligera influencia de palabras alemanas, italianas y húngaras.