En 1885 Laura Mantecón presentó ante la 2.ª sala del juzgado civil lo que sería el primer juicio de divorcio en México.
Ella puso una escuela, una casa de huéspedes, estudió homeopatía en el extranjero, se hizo costurera y abrió una tienda de ropa para dama; sin embargo, su esposo hizo todo lo posible por hostigarla y destruir sus proyectos.
[7] Tiempo después se mudaron a la finca campestre del general González llamada El Moquetito en Tamaulipas, donde cuenta uno de sus descendientes, que Laura se ponía pantalones y laboraba en el campo dando instrucciones a los albañiles y obreros de la propiedad.
Desde principios del matrimonio, Laura fue maltratada físicamente –en dos ocasiones, como explicaría ella después, Manuel le provocó dos abortos[6]–, fue privada de recursos económicos para subsistir y fue humillada.
Cierta ocasión, cuando ella fue a recoger al general González al campo de batalla, éste le gritó que seguramente se había tomado la molestia de ir porque suponía que él había muerto y así estaría libre para buscar otro afecto.
Esto fue agravándose y el esposo se empeñaba en volver transparentes los muros de su dormitorio.
[14] La maltrataba y golpeaba causándole lesiones de importancia que la obligaron a acudir al médico.
Para no afectarle a González en su carrera política, en lugar de proceder jurídicamente se separa en 1878.
[6] Mientras todo el proceso jurídico es asimilado, Laura Mantecón, en ese tiempo de 40 años, busca trabajar para subsistir pues González se opuso a mantenerla.
[6] Pero como las autoridades siguen interviniendo en sus proyectos, se va a Estados Unidos y en Nueva York estudia medicina homeopática.
[6] "Sé vivir a expensas de mi trabajo honrado sin mendigar lo que por derecho me pertenece[15] ", declararía.
[6] Al final, Laura pierde todo; los jueces de las dos instancias a las que sometió su caso se negaron a concederle el divorcio atribuyéndole enfermedad mental, desórdenes emocionales, celos enfermizos y deseos de venganza.
[6] Le quitan techo, familia y sustento dejándola en la peor de las miserias mientras su aún esposo derrocha enormes fortunas.