Fueron sus padres Manuel Romero Rubio, prominente político mexicano que comenzó su carrera con la participación en el Plan de Ayutla, y Agustina Castelló.
El matrimonio recibió la bendición del arzobispo Antonio de Labastida.
Asistió a actos de tipo religioso, cívico y cultural.
Formó y presidió juntas de socorro cuando algún accidente conmovía a la opinión pública y emprendió obras de beneficencia,[3] como mandar construir una casa cuna anexa al templo de San Agustín y obsequiarles una casa a monjas francesas para que fundaran su comunidad.
La sepultaron en el Panteón Francés, y la misa fue oficiada por el arzobispo Luis María Martínez.