Lápida

Con frecuencia están esculpidas en forma rectangular, de cruz o alguna otra figura simbólica, y contienen relieves grabados que indican la creencia, ideología, profesión o posición social del difunto, y también llegan a incluirse motivos mitológicos.

Generalmente muestran alguna inscripción (el epitafio), fragmentos de textos religiosos o alguna cita alegórica, que por ello se califica como «lapidaria».

[2]​ En toda la historia griega existieron diversos rituales funerarios, como pueden ser la incineración, generalmente colectiva, que se refleja en la Ilíada de Homero, en el pasaje 406 del canto VII en el que troyanos y griegos acuerdan una tregua para llevar a cabo las honras fúnebres de los muertos en combate.

La necrópolis data del siglo XI a. C., ya que los primeros restos encontrados son de esta época, aunque este fue usado como necrópolis hasta el siglo IV a. C., para posteriormente convertirse parcialmente en un vertedero común.

La edad se indicaba con las fórmulas de annorum, vixit annos o annis y la edad expresada en numerales, aunque también se podían añadir los meses (mensibus), días (diebus ) e incluso, para los niños difuntos, las horas (horis).

Las piedras rebajadas en su base, para esta ser enterrada, eran vulgarmente conocidas como estelas, y eran empleadas también para marcar el lugar.

Detalle de la lápida de la tumba del fotógrafo J. Laurent (1816-1886), en el cementerio de La Almudena , de Madrid.
Lápidas funerarias.