Viajó a Mendoza por negocios, y participó en la fracasada revolución contra el caudillo Aldao en esa provincia.
Huyó a Chile, donde se encontró con otro emigrado, el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento.
En 1856 dirigió una revolución en contra del gobernador Anselmo Rojo, poco antes elegido, con apoyo de Campo.
También fundó oficialmente una academia de música y dibujo, la cual nunca llegó a funcionar.
Más tarde fue juez, camarista y comisionado nacional a Santiago del Estero.
Fue amigo de Paul Groussac, rector del Colegio Nacional en que él era profesor.
Sus cartas forman una buena porción del archivo privado de este, y resultaron muy útiles a sus biógrafos y a los historiadores de ese período para analizar el pensamiento íntimo del presidente.
En sus últimos años, Posse quedó ciego, como varios otros miembros de su familia, sin perder por eso su carácter altivo: en una ocasión, cayó en la calle y un transeúnte le ayudó a levantarse; cuando se enteró de que lo había ayudado un antiguo adversario, lo insultó en público.