Sus primeros pasos profesionales los dio a las órdenes del director escénico José Tamayo.
Trampa para un hombre solo, de Robert Thomas, sobre las tablas del Teatro de la Zarzuela, en 1961, fue la primera pieza que puso en escena.
En 1966, obtuvo un gran éxito con el estreno en España del musical El hombre de La Mancha, que interpretó Nati Mistral.
En sucesivos años, se encargó del montaje de varias óperas, como La Traviata.
En 1991 le fue trasplantado el hígado en Pittsburgh, Estados Unidos, sin embargo, posteriores complicaciones provocaron su fallecimiento un año más tarde.