[2] Su personalidad emprendedora, decidida y enérgica le permitía realizar una actividad prodigiosa.
Cuando el cacique Namuncurá se rindió frente al General Villegas en 1881 (campañas andinas de 1881-1883) y las tropas comenzaron a retirarse de la región del Nahuel Huapi, Fagnano decidió permanecer allí para visitar a las tribus acampadas en el lugar.
Los aborígenes no estaban de buen talante después de la derrota y los abusos cometidos contra ellos y, aun cuando el salesiano intentó hacerles ver que venía con buenas intenciones, decidieron apresarlo y encerrarlo en un toldo bajo la constante vigilancia de un indio.
Este observatorio años después se traslada al Colegio Salesiano San José.
En 1892 recorre a caballo la zona norte de la isla junto al Padre Beauvoir, encontrando el lugar para establecer la Misión de la Candelaria, para los Selknam, a orillas del río Grande.
En la misión de San Rafael en isla Dawson puso en marcha un aserradero, en el que se obligaba a trabajar a los indígenas confinados en la misión, kawésqar también llamados Alacalufes, primero, y luego selknam, todos los cuales fallecieron debido a las condiciones de hacinamiento y falta de higiene.
Sin embargo, las empresas salesianas fracasaron estrepitosamente debido a la mala gestión de los propios salesianos, y eso a pesar de haber recibido los terrenos del gobierno chileno y argentino a título gratuito y de los cuantiosos fondos que manejaban.
Sus restos descansan en la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Punta Arenas (Chile).
El libro ilustra la emigración de los piamonteses hacia la Argentina en el siglo pasado, mencionando la presencia y la labor de Monseñor José Fagnano en la Patagonia y la Tierra del Fuego.