Joaquín García-Morato

Está considerado como el máximo as de la aviación española hasta la fecha.

Joaquín García-Morato y Castaño era hijo del comandante de Infantería José García-Morato Cánovas y de María Castaño Miranda.

Como experto piloto acrobático era frecuentemente invitado a participar en concursos y festivales aeronáuticos.

Reclamó su primer derribo el 12 de agosto, un Vickers Vildebeest que cayó sobre Antequera (Málaga).

Llamado Morato a Salamanca por el jefe de la aviación del bando rebelde, el general Alfredo Kindelán, este le ordenó que se incorporara con su patrulla a una escuadrilla de la caza italiana para proteger a los bombarderos nacionales.

Tras unos minutos de incertidumbre y viendo en el aprieto que se encontraban los cazas nacionales, el piloto italiano capitán Nobille desobedeció la orden de no cruzar la línea del frente y salió en su ayuda, siendo seguido por el resto de la escuadrilla italiana.

Por esta acción, Joaquín García-Morato sería recompensado por el gobierno rebelde con su máxima condecoración militar, la Cruz Laureada de San Fernando, a título individual.

Pocas semanas después se creó otra Escuadrilla de Caza, la 2-E-3, bajo el mando del capitán Ángel Salas Larrazábal, y la unidad pasó a denominarse entonces 2-G-3, Grupo de Caza, que se puso bajo el mando de García-Morato.

En diciembre de 1937, al recibir 23 nuevos Fiat CR.32, que le proporcionaban por fin cierta equiparación a los modernos y eficientes aviones soviéticos, se forma la tercera escuadrilla del grupo de caza, la 3-E-3, y poco después al formarse la 4-E-3, se unen ambas escuadrillas en un nuevo Grupo de Caza, el 3-G-3, el Segundo Grupo de Caza compuesto con la 3-E-3 y la 4-E-3, poniendo este segundo Grupo bajo el mando de José Ibarra Montís.

La exhibición consistía en un combate aéreo simulado entre el Fiat CR-32 de Morato y un Messerschmitt Bf 109, contra un Polikarpov I-16 capturado.

La casualidad quiso que ese mismo día su gran amigo, el piloto José Ibarra Montís, muriera al estrellarse a bordo de un Dornier Do-17 de bombardeo.

Pocos días después, el ataúd con sus restos mortales recorrió España, siendo homenajeado en multitud de poblaciones, hasta recalar en Málaga, donde sería enterrado en la Iglesia del Carmen.

Emblema de la Patrulla Azul.
Fiat C.R.32 durante la guerra civil española. García-Morato pilotó este modelo de caza.