José Gutiérrez (Petén)

La familia se trasladó a la calle San Vicente de Alicante donde fijó definitivamente su residencia.

Desde su infancia sintió gran atracción por las artes pictóricas, gracias a su destreza con el dibujo.

Es el óleo junto con algunas plumillas, la disciplina que manejó en sus comienzos, siendo completamente autodidacta.

Es una época de gran actividad para Petén en la que su obra resulta muy prolífica.

La muestra fue recogida por la crítica y la prensa alicantina, lo que significó su consagración como pintor.

[6]​ En 1984 tiene lugar su segunda exposición individual, esta vez en Jijona[7]​ en la que, a pesar de no ser por entonces tan conocidas sus acuarelas como ya lo eran en Alicante, cosechó también un notable éxito.

En los años posteriores, Petén se prodigó en numerosas exposiciones colectivas en la ciudad, y en dos nuevas exposiciones individuales, en la sala Montejano en 1991,[9]​ y la que sería la última, en 1997 en la sala BISEL de su gran amigo José Juan Valdés.

[16]​ Tras su jubilación en 1998 aún mantuvo colaboración con Hogueras y otros colectivos de Alicante.

[17]​ Para el Diccionario de Pintores Alicantinos, Petén se inserta dentro del impresionismo mediterráneo, por el uso de una pincelada amplia, espontánea y nerviosa, con gran efectismo cromático y exultante claridad.

Pero siempre volverá a su Alicante para exprimir al máximo los más bellos rincones de la ciudad, mostrando perspectivas nuevas con las que no repetirse este pintor tan solicitado, cuya gozosa condición lo convierte en artista de elevada condición popular”.