Su nacimiento ocurrió apenas un año después del inicio de la guerra civil española.
Esto lo hizo desconfiar de los discursos unívocos, dualistas o con pretensiones universales.
Fue una de las figuras centrales de la intelectualidad crítica contemporánea del continente junto a autores como Néstor García Canclini, Ángel Rama, Carlos Monsiváis, Tomás Moulián o Beatriz Sarlo.
Recalcó diferencias entre lo masivo y lo popular, dando paso a nuevas lecturas sobre este último concepto en la posmodernidad.
[6] Martín-Barbero entiende que los medios deben tomarse en el contexto de las mediaciones, como parte integrante y determinante, ya que los mensajes transmitidos por los medios se transforman cuando los receptores se apropian de ellos.
[6] Él divide esas mediaciones en cuatro ejes: tecnicidad, institucionalidad, socialidad y ritualidad.
Sería el aspecto textual, narrativo o discursivo de los medios que funciona como organizador perceptivo.
No sólo son aparatos, sino también instituciones de peso económico, político y cultural.
La ritualidad permite pensar el modelado de los modos que imprimimos al vivir lo cotidiano.
En este debate, los conceptos de mediación y mediatización son importantes, pues se relacionan con la circulación de esos flujos y las interacciones sociales que están involucradas en esos procesos.