El sobrenombre lo adoptó Jacinto Uc la víspera de la rebelión.
[2] Jacinto fue formado por religiosos franciscanos en el convento mayor de la ciudad de Mérida; debido a su temperamento rebelde fue expulsado y se convirtió en tahonero.
[5] Escribe don Justo Sierra O'Reilly en 1849, en su periódico El Fénix:
[5] Este acontecimiento fue en cierta forma preludio de lo que ocurriría casi un siglo después, en 1847, cuando se inicia la Guerra de Castas en Yucatán y que no sería concluida sino sesenta años más tarde.
Los sucesos fueron plasmados literariamente en la obra denominada Canek del escritor yucateco Ermilo Abreu Gómez.