Usó como tema recurrente en esa época la producción de henequén que tanta influencia ejercía en su medio en aquel entonces.
[3] En 1943 Castro Pacheco partió a la Ciudad de México donde su arte se transformó y maduró.
Fue entonces cuando el pintor atrajo la atención hacia su arte que fue presentado en una primera exhibición de dibujos y grabados.
Comenzó a destacar dentro del grupo denominado Escuela Realista Mexicana en el que también estaban Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce, y Raúl Anguiano.
Su labor como maestro no le impidió, en todos los días de cada año, seguir trabajando en la pintura, la escultura, grabado y dibujo.
En 1963 viajó a España, Francia, Inglaterra, Holanda y Bélgica durante tres meses de estudio sostenido con recursos económicos propios y apoyo diplomático gestionado por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Son un ejemplo notable del poder y la inspiración inherente a las artes de México.
Es un honor para Yucatán y para México que estas pinturas extraordinarias estén presentadas públicamente a todos los visitantes de Mérida."
El Maestro Fernando Castro Pacheco, artista que vive para la pintura, se preocupa por no hacer panfletos, sino realizar una obra universal y perdurable.