En muchas ocasiones, la intervención sobre una obra terminada la realiza su mismo autor, con diferentes criterios (son célebres las de William Turner y otros pintores ingleses de finales del XVIII y principios del XIX durante los días de barnizado que precedían a las exposiciones académicas).
[2] Es una acción artística original y diferenciada, que modifica alguna o varias de las propiedades de un espacio, que pasa a ser un espacio artístico por el simple hecho de que un artista decida desarrollar sobre él su actividad.
Paradójicamente, ese destino efímero lo comparten algunas obras de arte contemporáneo destinadas a perdurar, al menos en la voluntad de su creador, cuyo peculiar aspecto ha producido accidentes, al ser tomadas por alguien como simple basura o material de reciclaje, condiciones con las que no tienen ninguna diferencia material.
Muy habitualmente no hay consenso social sobre la condición artística de una intervención, especialmente cuando se hace de forma espontánea o no se somete a permisos o regulaciones oficiales, con lo que puede ser considerada vandalismo o gamberrismo al no haber ninguna diferencia material con esos conceptos (graffitti, arte callejero).
El término "intervención" es un vocablo en continua evolución, y según la rama del arte, la voluntad del artista o la obra misma, adquiere significados diferentes.