Immensa aeterni Dei

La constitución estableció quince congregaciones permanentes de cardenales, algunas de nueva creación, otras ya existían y son confirmadas o reorganizadas.Ante de su pontificado la mayor parte de los asuntos eclesiásticos eran resueltos por el papa con el consistorio, al que podían asistir todos los cardenales[1]​.La organización de la Curia operada por esta constitución apostólica supuso el establecimientos de comisiones permanentes (las llamadas congregaciones) formadas, al menos por tres cardenales, con un secretario, y auxiliados por teólogos y juristas con una función consultiva.En los tres siglos que siguieron a la reforma de Sixto V, la experiencia en el funcionamiento de estas Congregaciones dieron lugar a cambios, fusiones e instituciones de nuevos departamentos que respondían a las necesidades del momento histórico.La Congregación para los Caminos, Puentes y Aguas en 1590 quedó limitada por el propio Sixto V en cuanto a competencias y sólo se ocupaba de Acqua Felice; la Congregación de la Annona no llegó a funcionar de un modo operativo, pues sus competencias ya eran ejercidas por el cardenal camarlengo y el presidente de la Annona; la Congregación de Socorros se agregó en 1592 a la Congregación del Buen Gobierno recién establecida por el papa Clemente VIII y fue absorbida por ella bajo el Papa Pablo V. En1593 Clemente VIII unificó las congregaciones de obispos y regulares creando la Congregación de obispos y regulares.