Iglesia de San Pedro (Andahuaylillas)

Su fértil campiña, en las cercanías del Vilcanota, hizo que en los primeros tiempos de la colonia, se instalaran allí vecinos de cierta importancia, de que son testimonios las casonas que todavía se conservan, pero luego el pueblo se estancó e incluso su nombre ("pradera cobriza", en quechua) tuvo que aceptar un diminutivo castellano, pues tenía un homónimo más grande, la Andahuaylas de Apurímac.Una explosión de oro y tallas y pinturas "espanta", así diría quien hubiese entrado ahí en el siglo XVII, utilizando el vocablo en su significación de entonces: "maravillar", "asombrar hasta el límite", al visitante, pues la decoración en pan de oro y los murales, no deja casi espacio libre.Estas pinturas murales fueron encargadas por quien entonces era el párroco, Juan Pérez Bocanegra, autor del Hanacpachap cussicuinin (Hanaq Pachap Kusikuynin = Alegría del Cielo), la primera obra polifónica vocal compuesta en todo el continente americano, con letra mayoritariamente escrita en quechua.Éste fue un estilo que buscaba imponerse sobre el espectador con la abrumadora presencia de lo ornamental.En realidad ese era el estilo que imperaba en toda Europa y sus colonias en aquellas décadas, pero que alcanza un elevado grado de expresión en la fusión con las culturas americanas, de por sí proclives a la rica fantasía ornamental.El techo está casi completamente recubierto por una decoración de estilo mudéjar con motivos naturalistas, florales y frutales.Su sencilla y casi ingenua simbología, acorde con su carácter didáctico, no logra opacar la fuerza expresiva de sus imágenes.
Plaza de Armas de Andahuaylillas.
Exterior de la iglesia de San Pedro Apóstol de Andahuaylillas.
Murales sobre el pasaje a la iglesia
Puerta de la iglesia
Mural en el interior de la iglesia.