Ibn Gabirol

Allí, su precoz genio poético le valió la protección del mecenas Yekuti'el ben Isaac, visir judío del rey Mundir II de la taifa de Zaragoza.

[10]​ También escribió abundante poesía religiosa, entre la que destaca el Keter Malkut (Corona del reino), un largo poema de tendencias místicas que supone una síntesis entre las creencias tradicionales judías y la filosofía neoplatónica, todo ello adornado por un gran conocimiento de la astronomía árabe.

El primero es de carácter filosófico, del que nos ocuparemos más adelante, y fue traducido al latín como Fons vitae.

Adherente a la filosofía neoplatónica, su obra más célebre es La fuente de la vida (en latín Fons vitae --en árabe ينبوع الحياة (Yanbu` al-hayat), traducido al hebreo como מקור חיים, (Meqôr hayyîm)-- y está basada en «Salmos» XXXVI, 10.

Luego, traducida al latín bajo el nombre de Fons vitae por Juan Hispalense y Domingo Gundisalvo,[11]​ se tornó una importante referencia para los franciscanos y para el mundo cristiano en general, aunque sus tesis fueran rechazadas por los dominicos, en especial por Alberto Magno y Tomás de Aquino, que se oponían a su interpretación neoplatónica de Aristóteles.

Estatua de Ibn Gabirol en Málaga