Estas posibilidades y la voluntad que empuja a actuar están ubicadas en la conciencia humana y son productos físicos del cerebro, como cualquier otro pensamiento que responde a impulsos eléctricos.
Una vez se elige, hay que juzgar la bondad o maldad de la elección, definida según las consecuencias de esta hacia uno mismo y hacia la sociedad en que se vive.
Sus artículos en revistas filosóficas han sido publicados en tres volúmenes por la Edinburgh University Press.
Ha aparecido en radio y televisión, es editor de The Oxford Companion to Philosophy, ha escrito una autobiografía filosófica, es presidente del Royal Institute of Philosophy donde inauguró las conferencias anuales publicadas posteriormente como Philosophers of Our Times, y es un asociado honorario de la National Secular Society.
Es decir, ser consciente por la percepción es esencial o principalmente un estado de cosas externo al perceptor.
En el caso de la conciencia cognitiva y afectiva, lo actual son las representaciones, internas a la cosa consciente, y su ser actual es su ser subjetivamente físico, a diferencia de los mundos físicos subjetivos.
El actualismo ha sido recibido como una teoría nueva y discutible por filósofos que previamente habían declarado la urgente necesidad de una.
Un resumen de la teoría es discutido por otros 11 filósofos en Radical Externalism: Honderich's Theory of Consciousness Discussed, ed.
En A Theory of Determinism: The Mind, Neuroscience and Life-Hopes[5] y en el libro de resumen ¿Qué tanto libre eres?, Honderich expone una teoría de la causalidad así como otras conexiones similares a leyes.
El externalismo radical sostiene que la conciencia perceptiva no tiene una condición nómica suficiente, sino sólo una necesaria en un cerebro.
Honderich sostiene que la conciencia reflexiva y afectiva son nuevamente diferentes.
Honderich pregunta si los que forman parte de las sociedades ricas se equivocan al no hacer nada por las malas vidas.
El Principio de Humanidad se utiliza para juzgar nuestra responsabilidad moral por las muchas malas vidas.
Honderich escribe: "... los palestinos han tenido un derecho moral a su terrorismo tan cierto como el derecho moral, digamos, del pueblo africano de Sudáfrica contra sus opresores blancos y el estado del apartheid".
Honderich afirma que debemos ver el poder de nuestras sociedades como mortal.
Honderich condena la guerra como moralmente bárbara, dado el asesinato previsto y, por tanto, intencionado de muchos inocentes.
Al condenar el ataque terrorista 7/7 en Londres, Honderich considera la importancia del horror para la moralidad.
En enero de 2011, Honderich escribió una carta al Guardian sobre el terrorismo, en respuesta a los detalles publicados sobre el proceso de paz israelí-palestino: En Castigo: las supuestas justificaciones,[9] Honderich examina y analiza 14 razones tradicionales y retrospectivas para la justificación del castigo por parte del estado.
También se rechaza la teoría del castigo preventiva de tipo utilitarista, porque justifica ciertas victimizaciones.
El castigo está o estaría justificado cuando promueve racionalmente la humanización de nuestras sociedades.
El periódico canadiense The Globe and Mail sugirió que Oxfam estaba tomando dinero de un simpatizante del terrorismo, y esta rechazó las contribuciones, por lo que fue juzgado adversamente por los medios británicos.
El libro fue retraducido y reeditado por una editorial judía antisionista, Melzer Verlag.
[11] Las controversias menores han incluido una imputación de antisemitismo por un periódico estudiantil en Londres, contra la cual Honderich emprendió acciones legales exitosas.
Los artículos se reimprimen en Mental Causation and the Metaphysics of Mind, editado por Neil Campbell.
Una enciclopedia editada por él, The Oxford Companion to Philosophy, está en su segunda edición.