Las primeras referencias históricas españolas mencionan al lugar como Gualague, Gualagne o Gualañé,[1] que con el advenimiento del siglo XX se consolidó como "Hualañé".
En ella, "wuala" refiere a un ave acuática denominada huala, mientras que "ñe" o "Ngue" significa ojo, ante lo cual, bajo lengua del pueblo mapuche, una traducción literal sería "ojo de huala" o "lugar de patos": Hasta mediados del siglo XV, el valle del río Mataquito fue una zona de frontera entre el imperio Incaico y el los habitantes originarios, los que fueron llamados "promaucaes" por los invasores incaicos, de carácter sumiso y ánimo pacífico, según cronistas españoles.
Los conquistadores españoles avanzaron hacia la Araucanía, pero la resistencia mapuche les obligó a replegarse al norte del río Maule, en donde debieron enfrentar todas las vicisitudes de inquietud en una frontera de guerra.
La hacienda desde entonces se llamó El Peralillo y sobre ella desarrolló la economía agraria latifundista propia del Chile colonial.
Además, se levantó una capilla en el actual Peralillo, siendo con Curicó y Vichuquén las únicas existentes en la época.
El mismo año se creaba otra escuela en Peralillo y años más tarde en Mira Ríos.
La primera noche la pasa en la Hacienda Peralillo, al otro día sigue por Hualañé y llega a Vichuquén, embarcándose en Llico en un barco de la Marina Chilena hacia Valparaíso.
Como "punta de rieles", el pueblo se desarrolló e incorporó servicios públicos para el desarrollo en educación, salud, seguridad y bienestar de sus habitantes.El impulso del comercio local, el aporte de inmigrantes europeos y la gente avecindada por años en la zona dieron al poblado una dinámica propia, con fuerte arraigo y orgullo local.
Las viejas estaciones del Ramal Curicó-Hualañé-Licantén quedaron como mudos testigos de un hermoso pasado.
[9] El 27 de febrero del año 2010, Hualañé debió enfrentar el Gran Terremoto 27F,[10] que provocó graves daños en su patrimonio, infraestructura comunal y residencial.
Hacia el norte, tiene accesibilidad mediante la Ruta J70i, que conecta con Lolol y la provincia de Colchagua.
Hualañé-Ciudad es el principal centro urbano de la comuna y le da el nombre.
La Ruta J-60 ha ido formando una larga conurbación de pequeñas localidades ordenadas junto al camino, como Son Orilla de Navarro, La Huerta, Parronal, Peralillo, Mira Río, El Porvenir, Hualañé, El Molino y La Higuera.
Entre estas localidades se encuentra Barba Rubia, Caone, Los Coipos, El Buche, Patacón, Espinalillo, Quilico y Los Sauces.
La presencia de fósiles marinos y paleoflora en los estratos sedimentarios constituyen un patrimonio paleontológico para la comuna.
Se encuentra en el eje turístico que accede al balneario de Iloca y Lago Vichuquén.
La zona es una buena expresión del ambiente campesino y tradicional del secano costero en Chile Central, siendo posible recorrerlo por una buena red de caminos interiores que conectan con la Ruta J-60, principal vía terrestre de la zona.
En sus rutas y senderos es posible la práctica de caminatas, ciclismo, integrados a la observación paisajística.
Hualañé tiene un atractivo especial por sus costumbres y tradiciones campesinas que abarcan desde lo religioso, lo tradicional hasta lo festivo.
Forma parte del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas que le permite recibir periódicamente nuevas ediciones.
Imparte educación desde primero a cuarto año de Enseñanza Media Científica Humanista.
En competiciones, el mayor logro deportivo de los hualañecinos lo alcanzó el Club Arturo Prat, coronándose Campeón Nacional Amateur en 1988 y 1992.
La competencia se organiza a través de la Asociación Cuenca del Mataquito.