Historia del tabaco

Existen esculturas y pinturas indígenas americanas que representan personajes en alguna acción relacionada con el tabaco.

Sus propiedades son bien conocidas: las hojas puestas a secar, envueltas luego en forma de tubo e introducidas en cañutos o en canales de papel, encendidas por un lado, aplicadas por el otro a la boca o a la nariz, y aspirando el humo con boca y nariz cerradas para que penetre el vapor hasta el pecho, provocan admirablemente la expectoración, alivian el asma como por milagro, la respiración difícil y las molestias consiguientes".

El polvo de las hojas, aspirado y tomado por la nariz, hace que no se sientan los azotes ni los suplicios de cualquier género, incrementa el vigor y fortalece el ánimo para sobrellevar los trabajos...

Los que recurren al auxilio del tabaco con más frecuencia de la que conviene se ponen descoloridos, con la lengua sucia y la garganta palpitante, sufren ardor del hígado y mueren al fin por caquexia e hidropesía; mas los que lo usan moderadamente suelen liberarse de otras muchas molestias...".

[5]​ Jean Nicot embajador francés en Lisboa envió en 1560 a la reina madre, Catalina de Médici, esta hierba, cuyas virtudes medicinales había comprobado, con ello se extiende el empleo del tabaco aspirado y la planta adquiere fama medicinal, derivando de este apellido, su nombre genérico, (nicotiana).

En 1585 La planta fue llevada a Inglaterra por Francis Drake y también el inglés Walter Raleigh inició en la corte isabelina la costumbre de fumar tabaco en pipa.

Una vez levantada la factoría sevillana, la hoja de tabaco llegaba íntegra para ser tratada en la fábrica.

Un dato nos puede indicar la floreciente actividad de esta empresa: en 1797 aportó 101.863.200 reales vellón al patrimonio nacional.

El tabaco sin combustión se utilizó de forma aspirada y para masticar, esta última modalidad nunca estuvo muy difundida en Europa, pero si alcanzó popularidad en la zona meridional y del sureste de Estados Unidos.

[8]​ La inhalación de tabaco seco por la nariz era algo practicado en el periodo precolombino en América.

Su uso creció en el siglo XVIII, pero cuando alcanzó su máxima difusión fue a partir de finales del siglo XIX con la mecanización de la fabricación que revolucionó su industria, con la máquina patentada por James Albert Bonsack y su comercialización por James Buchanan Duke.

Entre los tipos de tabacos más consumidos bajo este formato, se encuentran el cavendish, el perique y la latakia.

Publicidad sobre el tabaco de The Great Atlantic and Pacific Tea Company , de 1877.
"Raleigh's First Pipe in England" - ilustración incluida en Frederick William Fairholt's Tobacco, its history and associations . Walter Raleigh fue uno de los introductores del tabaco en Inglaterra.
Portada de "Quatro libros de la naturaleza y virtudes de las plantas y animales". México: 1615.
Caricatura de 1771 de un médico esnifando tabaco.
El actor Einar Ros fumando un cigarro (1940)