En las gestiones de los siguientes gobiernos militares y civiles no hubo muchos cambios en la política petrolera, sin embargo la producción fue aumentando.
No obstante, durante el gobierno de Juan Domingo Perón se llegó a explotar carbón con resultados rentables para el país.
Fue el ingeniero Julio Krause, jefe de la sección Hidrología y Perforaciones quien realizó esa compra,[5] mientras que el operativo era planeado por José Fuchs.
Este hecho destaca la importancia adquirida por los derivados del petróleo extranjero, en momentos que la producción nacional era muy rudimentaria y mermaba el carbón europeo; el pedido tuvo favorable acogida.
[31] En 1919 el Presidente mandó al Congreso un proyecto de trece capítulos donde detallaba el régimen legal, técnico, económico y financiero del petróleo.
YPF seguiría la labor iniciada por la División de Minas, que ya había hecho con éxito su tarea de prospección, explotación e industrialización del petróleo nacional, y llegaría a ser en poco tiempo la empresa más grande destinada a explotar y comercializar petróleo.
[36] Para sorpresa de Inglaterra, YPF tomó riendas distintas a las que ellos pretendían; bajo la administración Mosconi la estatal petrolera se resistió al imperialismo mundial.
[4] Mosconi pensó en un principio en implementar el nacionalismo integral, en consonancia con el sistema de la Anglo Persian, una sociedad mixta del Estrado con las empresas extranjeras.
Algunas ciudades como Comodoro Rivadavia, en Chubut, Plaza Huincul, en Neuquén, Las Heras, Cañadón Seco y Caleta Olivia, en Santa Cruz se asentaron debido a la proximidad de los yacimientos.
En el periodo citado las empresas estadounidenses y europeas también empezaron a expandirse en varios países en busca de reservas; estas acciones en muchos casos estuvieron avaladas por los respectivos gobiernos, preocupados por contar con el tan requerido mineral estratégico.
El industrial Torcuato Di Tella fue quién se encargó de su fabricación, no sin antes consultárselo a su amigo, el general Mosconi.
Existieron opiniones encontradas dentro del recinto, los socialistas apoyaban la explotación mixta mientras que los radicales antipersonalistas y los conservadores se oponían al proyecto.
Por su parte, los ministros del gobierno de Uriburu Ernesto Bosch, Octavio Pico y Horacio Beccar Varela habían desempeñado cargos en empresas petroleras británicas.
La nueva normativa aceptaba que el dominio útil de las fuentes energéticas fósiles, fuera delegado y compartido con las empresas privadas en sociedades mixtas.
[62] Sería sólo luego de la Segunda Guerra Mundial, que el mercado argentino se alejaría del capital británico para empezar a gravitar en el estadounidense.
También Frondizi había dicho que: «ya sea porque no ha proporcionado las divisas necesarias el Banco Central, o porque Estados Unidos ha obstaculizado las compras».
[68] El general Perón también firmó en 1954 un acuerdo con la Standard Oil para que la empresa estadounidense explotara una extensa área del sur argentino con yacimientos.
[75] Los contratos no eran en realidad concesiones petroleras, pese a que así los llamaron los opositores y parte del propio gobierno.
Le siguió el que uniría Neuquén con Mendoza y hacia el este, para llevar el gas a otras regiones del país.
No obstante, los opositores se lanzaron a oponerse por cualquier medio, incluyendo sabotajes y huelgas; la represión subsiguiente minó el apoyo interno que el presidente tenía en su propio partido.
[83] Si bien en un primer momento se intentó disolver los trece contratos, lo cierto es que el gobierno terminó por renegociar algunos de los acuerdos.
La petrolera estatal sólo ocupó las áreas entregadas a Cities Service y Pan American Argentina Oil Company.
[82] En 1987 el presidente Raúl Alfonsín reconoció públicamente como un «error histórico» la anulación de los tratos petroleros hechos por Frondizi.
Por lo mencionado anteriormente, YPF tuvo que solventar todos los gastos correspondientes a explotación, extracción y transporte del petróleo desde el yacimiento hasta la destilería.
[99] En ese momento, al no contar con destilerías, YPF tenía que entregar el petróleo a empresas como Shell y Esso, para su refinación.
[7][nota 2] La supuesta desregulación, que sólo cambió un monopolio estatal por el oligopolio extranjero, no trajo inversiones de ningún tipo.
Sólo vinieron empresas (privadas, preponderantemente extranjeras), a extraer petróleo de los yacimientos ya descubiertos por YPF, pero no se realizaron inversiones para descubrir nuevos pozos.
[129] Inmediatamente, las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Santa Cruz retiraron las concesiones a Repsol YPF.
[141] Aun no se afirmó el monto que deberá pagar el Estado argentino, pero el mismo puede alcanzar los 20 mil millones de dólares.
No obstante, si se pone el foco en la producción por provincias, Chubut es la mayor productora, con un incremento de un 2.8 %, pero en Santa Cruz hubo un retroceso del 3.18 %.