Los primeros europeos que exploraron las costas del país fueron los portugueses João de Santarém y Pedro de Escobar (1471-1473), a los que siguieron comerciantes ingleses y neerlandeses.En el sur, florecieron varios reinos que, durante el siglo XIX cayeron bajo poder de los franceses.Según la tradición oral, un grupo del pueblo adja emigró durante los siglos XII o XIII hacia el este desde Tado, en el río Mono, y fundó la ciudad de Allada, llegando a ser esta la capital de Gran Ardra, un Estado que alcanzó su máximo poder desde comienzos del siglo XVI hasta entrado el siglo XVII, la población era de 3[1] a 5,7 millones.En Abomey o Dahomey se organizó un reino fuertemente centralizado y apoyado por un ejército profesional.A lo largo de los años, los adjas se fueron mezclándose con la población autóctona, dando origen al grupo étnico hoy conocido como fon o dahomey.A lo largo del siglo XVIII, la principal actividad económica de Dahomey era el comercio de esclavos, que capturaban en sus incursiones contra las poblaciones vecinas y luego vendían a los tratantes europeos.[3] En 1880 se estima que en su capital Abomey vivían 15 a 90 mil personas.[4] A lo largo del siglo XIX, Francia fue adquiriendo diversos establecimientos en la costa, como Cotonú.Para afianzar su posición, Francia intentó el acercamiento a Dahomey siendo rechazada por la resistencia armada del rey Behanzin (1889–1893), hasta la derrota de este en 1892–1893.En 1968, el Dr. Émile Zinsou fue nombrado presidente, para poco después, en 1969, ser sustituido por el teniente coronel Paul-Émile de Souza.Apoyado por Togo, el expresidente Zinsou intentó dar un golpe de Estado, pero fracasó.Se pusieron en marcha amplios programas de desarrollo económico y social, pero los resultados fueron dispares.Fue aprobada mediante referéndum una nueva Constitución y la celebración de elecciones multipartidarias.Esto dejó a Kérékou compitiendo contra su propio Ministro de Estado, Amoussou, en lo que se denominó un "partido amistoso".Force Cowrie for an Emerging Benin (FCBE), una coalición de partidos estrechamente vinculada al presidente Yayi, obtuvo una pluralidad de escaños en la Asamblea Nacional, lo que proporcionó al presidente una influencia considerable sobre la agenda legislativa.