Por consenso se define HTA, como el hallazgo persistente de valores de presión arterial sistólica iguales o superiores a 140 mmHg o de presión diastólica iguales o superiores a 90 mmHg.
Y en el 5 -10 % de los pacientes hipertensos se identifica una causa, denominándose a este tipo, Hipertensión secundaria.
Generalmente resulta de una enfermedad, un hábito crónico o uno o varios medicamentos[2] y por eso, en muchos casos la hipertensión arterial puede ser tratable según la causa e incluso curable.
El clínico debe sospechar ante la siguiente situación: Presión arterial no controlada con un tratamiento correctamente cumplido con 3 fármacos antihipertensvos.
De igual modo la sospecha irá orientada en pacientes con HTA jóvenes; HTA moderada o grave desde el comienzo del cuadro hipertensivo; HTA refractaria; Retinopatía hipertensiva grado III o IV o datos que sugieran una patología concreta o potencialmente causante de hipertensión arterial.