Las lenguas preindoeuropeas son varias lenguas autóctonas de Eurasia que en su gran mayoría se extinguieron a consecuencia de las migraciones indoeuropeas (2800-1000 a. C.).
Algunos ejemplos son el ibérico, el tartesio, el aquitano o el etrusco.
La arqueogenética ha mostrado que muchos de estos pueblos neolíticos europeos, llamados colectivamente primeros agricultores europeos, proceden de pueblos neolíticos de Anatolia que a partir del 7000 a. C. se expandieron a Europa.
Las lenguas preindoeuropeas de las diversas regiones de Europa, Anatolia, Oriente medio y Asia meridional en general son mal conocidas debido a que la gran mayoría se extinguieron hace muchos siglos, quedando muy poca evidencia directa o indirecta de las mismas.
En otros casos si bien las lenguas originales no sobrevivieron, existen testimonios epigráficos o textuales que permiten cierto conocimiento de las mismas, como en el caso del etrusco, el ibérico, el lineal A o el hatti.